¿Qué es el asma? El asma es una enfermedad autoinmune, o sea que cuando hay exposición a un agente que considera invasor, reacciona con una respuesta desmedida: Una crisis.
Esta puede ser de gran intensidad, pudiendo llegarse a necesitar oxígeno. Esta enfermedad también se dispara con estados emocionales alterados.
Eso significa que si una persona con asma se pone nerviosa o emotiva puede entrar en crisis. Pero también puede afectarla un cambio brusco de temperatura, comer de más, no haber evacuado el intestino…
Cómo se controla una crisis asmática
- Medicación de control, que se toma a diario para evitar las crisis, en especial antes de hacer ejercicio.
- Medicación de rescate, consiste en fármacos de acción rápida que calman las sibilancias, los jadeos y la tos (broncodilatadores o inhaladores, nebulizadores) o esteroides vía oral o inyectables que se administran cuando las crisis no cede.
¿Te das cuenta de que hablamos de respirar? Algo básico y fundamental. Es muy frustrante y causa mucho miedo no poder respirar.
Por eso miles de personas que padecen el asma recurren a métodos como homeopatía, herbolaria, apiterapia, o meditación para paliar los síntomas.
Por qué la meditación te saca de una crisis de asma
Hay muchas maneras de meditar, en este caso hablamos de inducir la mente a un estado tal que se pueda conseguir un cambio físico (la salida de la crisis)
La meditación te pone en el presente: El aquí y el ahora, no piensas en el pasado ni en el futuro, solo estas tú respirando.
Respirar oxigena tu cuerpo, tu cerebro baja la frecuencia de sus ondas, por lo tanto los músculos se relajan y el músculo liso que se inflama en la crisis también se va relajando poco a poco.
Al principio puede costarte respirar por la nariz, que es la forma indicada para que el oxígeno llegue a zonas a las que normalmente no accede, pero cuando perseveras, te va resultando más fácil.
Método sencillo para meditar
- Siéntate en un lugar tranquilo y cierra los ojos.
- Si te es posible apoya la cabeza en el respaldo de la silla ligeramente hacia atrás, estirando la tráquea y deja colgar tus brazos.
- Respira lentamente por la nariz inflando y desinflando tu abdomen.
- Imagina el número 100, disuélvelo, y cuenta hacia atrás disolviendo cada número.
En algún momento dejarás de contar… y la crisis se habrá ido.